Desigualdad Climática: los efectos se sufren más en las comunidades que viven en barrios populares
Florencia Tuchin
septiembre 3, 2024

¡Hola! Escribo esta edición unos días antes. Es sábado y llueve. Llegó la tormenta de Santa Rosa, tengo que tomar un vuelo en unas horas y no me gusta volar con lluvia. Pasaré toda la semana en el Chaco salteño, visitando a mujeres rurales que se organizan para seguir produciendo en su territorio. De eso les contaré más la semana que viene. Hoy, el tema es la tormenta, el cambio climático y cómo nos impacta de manera distinta de acuerdo a dónde vivimos. Pienso en Araceli Ledesma, referente comunitaria del barrio Lagomarsino en Pilar. Su barrio se inunda cuando llueve. La llamo y conversamos sobre cómo se preparan los vecinos de los barrios populares frente a la tormenta y sobre el informe publicado recientemente por Techo.

En otro orden de cosas, hoy inauguramos nueva sección en Otra Economía: ofertas laborales de impacto. El primer martes de cada mes vamos a publicar propuestas de trabajo del ecosistema. Para difundir las búsquedas entre la comunidad pueden enviarnos un correo.


Desigualdad Climática: los efectos se sufren más en las comunidades que viven en barrios populares

Si bien la crisis climática afecta a todo el planeta, no lo hace por igual a toda la población global. Si el 1% de la población, correspondiente al grupo más rico del mundo, emite tanto CO2 como dos tercios de la población más pobre, los efectos de estas emisiones excesivas no afectan en la misma proporción a los diferentes grupos, sino al contrario. Es en el segundo grupo, que vive en una situación de extrema vulnerabilidad en asentamientos populares, donde los efectos del cambio climático se sienten primero y más profundamente, lo que hace aún más urgente actuar para superar la pobreza y construir soluciones rápidas para la vivienda y el hábitat en estas comunidades.

La organización TECHO – Argentina, en colaboración con Jóvenes por el Clima, presentó su informe “Desigualdad climática en barrios populares”. El objetivo de este trabajo es generar, por primera vez a nivel local, información sobre los factores de riesgo ambiental en distintas regiones del país y visibilizar la importancia de incluir una perspectiva ambiental y de riesgo en el diseño de políticas públicas.

Los datos revelan que 4 de cada 10 barrios populares en Argentina están expuestos a al menos un factor de riesgo ambiental, incluyendo la cercanía a cursos y cuerpos de agua, la presencia de residuos, y la vulnerabilidad a inundaciones por precipitaciones. Además, cinco de cada 10 barrios se encuentran en zonas inundables, mientras que tres de cada 10 presentan microbasurales. La exposición a estos factores de riesgo, sumada a la falta de recursos e infraestructura adecuada, provoca que cada tormenta o lluvia fuerte genere problemas gravísimos para las familias, incluso riesgos de muerte.

 En cuanto a la distribución territorial, el Gran Buenos Aires concentra la mayor cantidad de factores de riesgo, dado que es la zona con más barrios populares. Sin embargo, el mayor porcentaje de barrios en situación de riesgo se encuentra en el noroeste argentino, la región pampeana y el Gran Buenos Aires. Este análisis se enfoca en la distribución territorial, no poblacional.

La referente comunitaria Araceli Ledesma reflexiona: «Hemos limpiado zanjas, colocado señalizaciones, y promovido el reciclaje. Pero, ¿cómo podemos avanzar si no llegan los camiones de basura, si las calles no están en condiciones, o si no contamos con la infraestructura necesaria ni con educación ambiental adecuada?»

Ella señala que los microbasurales son uno de los problemas más evidentes. “La basura abunda por todas partes, y muchas veces esto tiene que ver con la falta de educación y conciencia en el territorio. Las familias no siempre saben qué hacer con la basura, lo que lleva a que terminen arrojándola en cualquier lugar. Esto se acumula y genera focos de infección, y a veces, la solución más común es quemarla, lo cual es perjudicial para nuestra salud”, dice.

La falta de infraestructura también es un gran desafío. “Las calles son angostas, los cables están bajos, y no hay factibilidad técnica para que pase el recolector de basura. Esto obliga a muchas familias a desechar sus residuos en las esquinas, agravando el problema. Además, cuando hay lluvias torrenciales, las zanjas y bocas de tormenta se tapan y el agua se acumula, provocando inundaciones que afectan nuestras casas. Sin asfalto, la situación empeora, y las zanjas se tapan con más facilidad, llevando el agua hacia el interior de las viviendas”, describe.

Las y los referentes trabajan de manera preventiva, especialmente cuando saben que se acerca una tormenta. “Hacemos un esfuerzo de difusión para que los vecinos no tiren la basura. Pero la realidad es que, cuando llega la lluvia, muchas veces el agua entra a nuestras casas de golpe, generando miedo e incertidumbre. Algunos vecinos se preparan levantando los muebles y electrodomésticos para minimizar las pérdidas, pero no siempre se llega a tiempo”, relata Ledesma.

Al pensar en posibles soluciones, Ledesma dice: “El cambio climático nos obliga a repensarnos constantemente. Sabemos que no tenemos una solución definitiva, pero creemos en trabajar en la economía circular, invitando a diferentes actores a traer herramientas que puedan ser útiles en nuestro barrio”. 


Solución frente a un temporal en Bahía Blanca 

En diciembre de 2023 un temporal azotó a la ciudad de Bahía Blanca, afectando a toda la localidad y con mayor intensidad a las personas que viven en barrios populares. El 26 de diciembre de 2023, TECHO y el Municipio de Bahía Blanca firmaron un convenio de colaboración para la construcción de 50 viviendas de emergencia en la localidad, con el objetivo de brindar una solución habitacional a las familias afectadas. La vivienda de emergencia representa una solución rápida y de alta calidad para mitigar los impactos de la crisis climática y habitacional. En menos de cinco días de trabajo, es posible proporcionar un refugio seguro a las personas afectadas, contribuyendo así a la reconstrucción de la ciudad. Luego de esta construcción de emergencia se trabajó con el gobierno local y el sector privado en una nueva construcción durante febrero de 24 viviendas para familias que aún sufrían las consecuencias del temporal.


Creó una empresa que fabrica anteojos y objetos de diseño con plástico reciclado

El diseñador Sergio Fasani fundó Mutan para brindar una segunda vida al plástico a partir del diseño. Cuenta con una cadena de valor integrada por cooperativas de recicladores que proveen los insumos y capacita a mujeres en situación de vulnerabilidad. Lee la nota de Gabriela Ensinck en Otra Economía.


La Ciudad de Buenos Aires presentó su estrategia de economía circular

La Subsecretaría de Ambiente presentó la Estrategia de Economía Circular 2024 – 2028. Se trata de un plan de gobierno que permite alinear el esfuerzo de todos los actores de la sociedad para lograr que la matriz productiva y los negocios de la ciudad sean más circulares. Cuenta con tres objetivos generales: prevención de la generación de residuos, valorización de los residuos ya generados y regeneración del capital natural.

La elección de cada sector estuvo impulsada por sus características y la capacidad de avanzar hacia la economía circular. En el caso del textil, la Ciudad no tiene circuitos formales de descarte, recupero y tratamiento de textiles. Por eso, el objetivo es impulsar estrategias circulares previas al reciclaje y lograr la valoración de los residuos textiles que se generan en los talleres.

En cuanto al sector alimentos, el objetivo está puesto en disminuir la pérdida y desperdicio de alimentos, prevenir la generación de residuos plásticos y lograr una correcta separación en origen de los residuos orgánicos y aumentar la capacidad de tratamiento. La Ciudad de Buenos Aires tiene más de 7.000 establecimientos gastronómicos que generan 69.000 empleos directos.

En relación con el transporte automotor los residuos de neumáticos y las baterías son los principales residuos a tratar. Para ello, se trabajará en valorizar los neumáticos y las baterías. Por año, se generan entre 14 y 18 mil toneladas de neumáticos fuera de uso y es un residuo recuperable casi al 100%. En el caso de las baterías actualmente solo el 6% pasa por el sistema formal y se estima que casi todas son valorizadas en circuitos informales de recuperación.

La energía constituye el eje transversal de trabajo y apunta al uso racional y eficiente de la energía y el impulso a las energías renovables. La transición hacia un modelo circular promueve la eficiencia energética al reducir los residuos y maximizar el uso de recursos en circulación y disminuir la demanda de energía.


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Para tomar nota

Se lanza el primer Festival de moda circular. El 6 y 7 de septiembre, el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) abrirá sus puertas a ReCircular, el Festival de Moda Circular. Más de 50 emprendimientos mostrarán sus propuestas. La entrada es libre y gratuita y los talleres son abiertos y sin inscripción previa.


Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en [email protected]

Flor.