Thais Corral: una defensora de los derechos humanos y el ambiente
Florencia Tuchin
junio 18, 2024

¡Hola! Esta edición la escribo de regreso en Buenos Aires, pero quería contarles un poco más sobre referentes que conocí en Atlanta. Tuve la oportunidad de asistir al 13th Human Rights Defenders Forum en The Carter Center. 60 defensores de los derechos humanos de todo el mundo se reunieron allí para conversar sobre los principios que deben sostenerse en tiempos de cambios. Uno de los modelos que conocí en el foro es el de Sinal do Vale. Empecemos por ahí.


Thais Corral: una defensora de los derechos humanos y el ambiente

Foto: Michael A. Schwarz

Thais Corral, innovadora social y activista brasileña, es la fundadora del Instituto Sinal do Vale, un centro dedicado a la regeneración de ecosistemas, comunidades e individuos. Este instituto, situado en un terreno de 400 acres entre la expansión urbana de Río de Janeiro y las últimas áreas protegidas del Bosque Atlántico, se basa en los principios de sincronicidad, innovación y alegría (sincronicidade, inovação, alegria), que dieron origen a su nombre en 2012. La estrategia de SINAL se centra en la regeneración de una región específica de 10.000 hectáreas conocida como la Bioregión de Serra Estrela.

Corral expresó su preocupación por la crisis sistémica que enfrenta el mundo hoy en día, especialmente la crisis climática, y destacó la importancia de los ecosistemas como soporte de los derechos humanos. «Nuestros países son repositorios de materias primas. Son muy importantes para el desarrollo del capitalismo. Los que intentan ir en una dirección distinta tienen siempre un riesgo», afirmó, subrayando los desafíos que enfrentan los defensores del ambiente en Brasil.

Corral también enfatizó la necesidad de un enfoque sistémico para la regeneración: «Sinal do Vale es un modelo que trae una oportunidad de avanzar en una agenda más sistémica. La idea es proteger un territorio y realizar transformaciones a largo plazo, contribuyendo a una bioeconomía de la biodiversidad». A través de su trabajo, busca resolver el problema de la protección de los ecosistemas, reconociendo su interdependencia y la importancia de verlo en su totalidad.

El sueño de Corral es que el modelo creado por SINAL se multiplique a millones, permitiendo que mujeres y comunidades participen activamente en la gestión y protección de los ecosistemas. «Somos una pequeña plataforma. La clave es mirar hacia la tierra y ver el lugar como el principal catalizador del proceso», afirma. Aunque reconoce los desafíos del sistema actual, se muestra optimista sobre la capacidad de las pequeñas iniciativas de crear un nuevo paradigma: «El sistema en que vivimos está muy colapsado, pero hay células que van creando otro paradigma, otra forma de pensar y accionar».

Sinal do Vale bajo la dirección de Thais Corral, no solo trabaja por la regeneración ecológica sino que también aspira a ser un modelo replicable para un futuro sostenible, empoderando a comunidades y promoviendo un desarrollo regenerativo.


3 preguntas a Pardiss Kebriaei

Foto: Michael A. Schwarz

Kebriaei es abogada en el Center for Constitutional Rights, donde su trabajo abarca temas de «seguridad nacional» y justicia penal en Estados Unidos. Ella participó del foro del Centro Carter.

¿Qué tienen en común los defensores de derechos humanos de distintos países?

En el foro se pudo escuchar que las historias y experiencias de los defensores de derechos humanos de otros países son similares y que tienen desafíos que también enfrentamos en Estados Unidos. La gente describió situaciones que ocurren en otras partes del mundo, en lugares que no se consideran democracias, que yo veo que también ocurren aquí.

He trabajado en este campo durante más de 20 años como abogada de derechos humanos. Ya no hay tiempo para simplemente discutir los problemas sin profundizar en lo que podemos hacer. Necesitamos realmente profundizar más que nunca debido a la urgencia de las crisis existenciales que enfrentamos, desde conflictos hasta el clima y el autoritarismo. Debemos dedicar mucho de nuestro tiempo a pensar en la innovación y la creatividad, no solo a imaginar el mundo que queremos, sino a pensar críticamente sobre cómo llegar allí y cuál debe ser la estrategia, aprendiendo de todo el trabajo realizado en el pasado.

¿Qué riesgos enfrentan los defensores de derechos humanos?

Definitivamente enfrentamos ataques por protestar; Las personas se arriesgan a arrestos. Sin embargo, algunas de las historias que escuchamos muestran que en Estados Unidos hay, en general, más espacio para la sociedad civil en comparación con otros países.

¿Qué te impulsa a convertirte en defensora de los derechos humanos y cuál es el mayor desafío en tu trabajo actualmente?

He trabajado en esto durante mucho tiempo. Me atrae conectar con otras personas que están tratando de aliviar el sufrimiento y el dolor, y luchar juntos.

Uno de los grandes desafíos es la normalización de la violencia. En Estados Unidos, tenemos sistemas construidos sobre la violencia hacia los pueblos indígenas y los afroamericanos. La normalización de la violencia no es nueva, pero creo que ahora hay algo muy evidente y crudo.


Valorar la biodiversidad: un desafío económico y ambiental

La iniciativa Biofin, respaldada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), promueve un cambio de paradigma para reconocer el valor económico de la naturaleza y reorientar recursos hacia su protección, a fin de avanzar en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Lee la nota de Julieta Pilatti acá.


Akamasoa: el modelo para reducir la pobreza mediante esfuerzos compartidos

La experiencia de urbanización comunitaria iniciada en Madagascar por el sacerdote Pedro Opeka hace 35 años está siendo replicada en un pueblo de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina. Se trabaja en tres pilares: trabajo, educación y vivienda digna como solución para salir de la pobreza extrema. Lee la nota en Haz acá.


Los niveles de desplazamiento forzado en el mundo siguen al alza: Cuáles son los avances en las Américas

El año pasado, el desplazamiento forzado alcanzó niveles históricos en todo el mundo, según el principal informe estadístico de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, de 2024: Tendencias Globales de Desplazamiento Forzado.

Por doce años consecutivos se han registrado incrementos en las cifras globales de desplazamiento forzado. El aumento más reciente, que eleva el número total de personas desplazadas por la fuerza a 120 millones, según datos de mayo de 2024, se debe tanto a las consecuencias de conflictos nuevos y existentes como a la incapacidad de resolver crisis prolongadas. En base a estos datos, la población desplazada a nivel global casi equivaldría a la población de un país del tamaño de México.

Los países de América están desempeñando un papel importante en cuanto a reasentamiento y otras soluciones. Según el informe, los Estados Unidos de América recibieron el mayor número de refugiados reasentados a nivel mundial, en 2023, con 75.100 personas, seguidos de Canadá, con casi 51.100 refugiados. Además, Brasil, Colombia, Perú y Ecuador están llevando a cabo vastos programas de regularización para personas refugiadas y migrantes vulnerables, garantizando la documentación y el acceso a los servicios. A finales de 2023, los países de la región también acogían a la mayoría de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. Además, en la región Colombia lidera los esfuerzos para poner en marcha soluciones innovadoras para las personas desplazadas internas.


Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en [email protected]

Flor.