Cimarrón: una cooperativa que produce segundas oportunidades
Florencia Tuchin
octubre 29, 2025

¡Hola! Llego un día más tarde con la newsletter porque estamos preparando algunas cositas para ustedes. En una semana viajo a Belém para contarles, de primera mano, todo lo que vaya ocurriendo en la COP30.

Ayer visité la cooperativa Cimarrón y quería compartirles esta experiencia. En tiempos en los que prima el individualismo, trabajar por el bienestar colectivo se siente casi revolucionario.

Durante estos días podrán ver videos de la cooperativa y entrevistas exclusivas en nuestro Instagram. Si todavía no nos seguís, sumate en @otraeconomia.


Cimarrón: una cooperativa que produce segundas oportunidades

Cuando Mingo, el tío de Gastón D’Andrea, lo visitaba en la cárcel en 2006, se propuso pensar cómo generar oportunidades para las personas que recuperaban la libertad. Un año después, ese impulso tomó forma: con un balancín manual construyó una máquina para fabricar bombillas. Así nació Cimarrón, en el patio de una casa.

Al poco tiempo, la cooperativa ya contaba con diez trabajadores y comenzó a insertarse en el mercado mayorista, con pocos productos, entre los cuales se destacaban el mate metálico y la bombilla anodizada.

El crecimiento los llevó a alquilar un galpón que pronto quedó chico. En 2017 se trasladaron a su primera planta de más de 600 m². Dos años más tarde, una alianza con la empresa Duzzen, dedicada a la inyección de plásticos, amplió la cartera de productos y profesionalizó el proceso productivo. Para entonces, más de 25 personas trabajaban en Cimarrón. Si bien la mayoría provenía de contextos de encierro, también se sumaron perfiles técnicos: licenciados en logística, contadores e ingenieros.

En 2022, la cooperativa se mudó a su actual planta en el Parque Industrial de Ezeiza, gracias a una alianza con Pitecom, para la que producen la línea de cocción Aston Home (cacerolas, sartenes, jarros y ollas). La nueva sede les permitió unificar toda la producción: inyección de plásticos para terceros, fabricación de artículos de cocina y comercialización de sus propios productos.

Hoy, Cimarrón trabaja en una línea de automatización en el sector de bombillas junto a la empresa Audamatic, incorporando robótica para optimizar procesos y mejorar las condiciones laborales.

“La cooperativa contribuye a reducir desigualdades porque prioriza la contratación de personas que enfrentaron situaciones de marginación social”, explica D’Andrea. “Buscamos aportar nuestro granito de arena a quienes pasaron por contextos de encierro o viven en barrios vulnerables, para mejorar su calidad de vida y la de su entorno”.

Además, Cimarrón es una empresa B, lo que implica una gestión que combina propósito y rentabilidad. “Somos distintos a una empresa tradicional: el trabajador obtiene un porcentaje de las ganancias. También, ellos pueden acceder a líneas de crédito internas para comprarse una heladera o ampliar su casa”, cuenta D’Andrea.

Junto con el Ministerio de Educación bonaerense y la dirección del Parque Industrial, implementaron el programa FINES, que permite a los trabajadores completar sus estudios primarios y secundarios.

Juan Eduardo Díaz, de 47 años, trabaja en Cimarrón desde hace cuatro años en el área de embalaje de bombillas. “Golpeé muchas puertas. Al salir de estar detenido, todas se cerraban. Acá me dieron una oportunidad. Hoy duermo tranquilo, sin miedo a que golpeen mi puerta por algo que haya hecho. Tengo una vida más tranquila”, dice con orgullo.


Tres preguntas a Atilio Savino, presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA)

¿Qué oportunidades abre el Congreso Mundial de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos  para pensar soluciones concretas a los desafíos de la gestión de residuos en América Latina?

El Congreso buscó reunir a los mejores técnicos y profesionales de la región para compartir soluciones, avances tecnológicos y también las barreras que aún dificultan su implementación. El objetivo es generar un espacio de aprendizaje colectivo que permita repensar los sistemas de gestión de residuos desde una mirada más humana, eficiente y adaptada a las realidades locales.

Uno de los temas centrales será la conexión entre residuos, metano y cambio climático. ¿Por qué es importante hablar de este vínculo y qué cambios podrían marcar la diferencia?

El cambio climático es nuestra principal preocupación, y entender el rol del metano es clave. Este gas tiene un potencial de calentamiento 28 veces mayor que el del dióxido de carbono, y sus principales fuentes son las industrias de petróleo y gas, la agricultura y los residuos. Identificar estas emisiones y abordarlas es urgente. Desde nuestra organización estamos lanzando una diplomatura sobre metano y sus soluciones, con enfoque en la aplicación práctica: capturar el gas generado en rellenos sanitarios, eliminar basurales a cielo abierto y mejorar el tratamiento de residuos orgánicos.

En la región todavía hay muchos basurales a cielo abierto. ¿Qué tipo de políticas o iniciativas podrían ayudarnos a transformar esa realidad hacia una gestión más sostenible e inclusiva?

Es uno de los mayores desafíos para América Latina. A través de un trabajo encomendado por Naciones Unidas, realizamos una evaluación de la gestión integral de residuos en América Latina y el Caribe, y detectamos que la existencia de basurales a cielo abierto sigue siendo un problema estructural. A partir de ese diagnóstico, se creó la Coalición para la Relocalización Progresiva de Basurales, liderada por Naciones Unidas, de la cual formo parte del consejo directivo. Actualmente estamos desarrollando una hoja de ruta con recomendaciones para su transformación o relocalización, que ya está inspirando políticas públicas en varios países. Es una prioridad política, pero también un tema de salud pública: los basurales afectan directamente la calidad de vida de las personas y el ambiente.


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Crisis energética y RIGI: ¿Dónde quedaron las inversiones en renovables?

El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones es la gran apuesta del gobierno de Javier Milei para atraer inversiones extranjeras a Argentina. A un año de su puesta en marcha, y en medio de una emergencia energética, los pocos proyectos presentados de energías renovables están destinados a abastecer a la industria minera y petrolera. Lee la nota de Ana Victoria Domínguez Britos, apoyada por Climate Tracker, acá.


El triángulo del litio concentra el 50% de las reservas mundiales y el 29% de la producción global

Un informe regional advierte que la zona conocida como el “triángulo del litio”, conformada por los salares altoandinos de Argentina, Bolivia y Chile, concentra la mitad de las reservas mundiales del mineral y aporta casi un tercio de la producción global, en un contexto de creciente demanda internacional y tensiones ambientales.

El estudio “Litio y derechos humanos en los salares altoandinos de Argentina, Bolivia y Chile”, elaborado por el Observatorio Ciudadano con apoyo del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC), detalla que Chile y Argentina representaron en 2024 el 29% de la producción mundial de sales de litio. Chile lidera con exportaciones por más de 8.546 millones de dólares en 2022 —equivalentes al 4% de su PIB—, mientras que Argentina registró 631 millones en 2024, y Bolivia 22,5 millones en 2023, con una proyección de 500 millones anuales hacia 2030.

La demanda global de litio alcanzó 920 mil toneladas en 2023 y podría llegar a 1,4 millones en 2025, un aumento del 52%, según la Agencia Internacional de Energía. Para cumplir los compromisos del Acuerdo de París, la producción mundial debería multiplicarse por 42 antes de 2040.

El informe alerta sobre los impactos ambientales asociados a la extracción de salmueras, en particular la pérdida de agua y el deterioro de ecosistemas frágiles. En el Salar de Atacama (Chile), los estudios registran una caída de más de 10 metros en los niveles freáticos y un hundimiento del terreno de hasta 2 centímetros por año. En Catamarca (Argentina), la justicia suspendió nuevas licencias hasta contar con un estudio ambiental integral.

Más de 200 comunidades indígenas —aymara, quechua, lickanantay y colla, entre otras— viven en torno a los salares altoandinos. El informe señala deficiencias en la consulta previa y participación de estas comunidades y recomienda a los estados reforzar la supervisión ambiental, garantizar los derechos territoriales indígenas y promover una transición energética justa que no agrave las desigualdades sociales.

Ver el informe acá.


Para tomar nota

  • Presentación del informe “Mapeo de inversión de impacto 2023–2024” junto a Universidad Austral y Latimpacto. El miércoles 5 de noviembre a las 10hs en Cerrito 1250 (CABA). Inscripciones: bit.ly/eventoinversiondeimpacto
  • Proyección y debate de la película «La Aurora: el principio del camino» en el mes de la agroecología, dirigida por Elías Sáez. La Aurora es un campo argentino de 650 hectáreas ubicado en Benito Juárez, Buenos Aires, referente de agroecología en el mundo. Un ejemplo que demuestra que producir sin agroquímicos a gran escala es posible y redituable. Su protagonista es el  agricultor ‍Juan Kiehr (81), quien logró ser una de las 52 mejores experiencias mundiales en agroecología según la FAO. Es el martes 4 de noviembre a las 18hs en cheLA (Iguazú 451, CABA).

Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en [email protected]

Hasta el martes,

Flor.