Cómo es el proceso biotecnológico que aprovecha residuos agroindustriales para reemplazar al petróleo
Un equipo internacional, del que participó un investigador del Conicet, desarrolló una tecnología que toma residuos de la cosecha y busca sustituir al combustible fósil en todos sus derivados.
Iván Hojman |
agosto 22, 2024

El reemplazo del petróleo es una de las cuestión centrales para combatir el cambio climático, por ello un equipo internacional de investigación desarrolló un innovador proceso biotecnológico que permite aprovechar integralmente residuos agroindustriales a través de “biorefinerías”, que buscan imitar todos los usos del combustible fósil, pero de forma amigable con el medio ambiente.

Las biorrefinerías a diferencia de las refinerías tradicionales utilizan biomasa en lugar de petróleo como materia prima. Así, a través de residuos de la cosecha de trigo, soja o maíz pueden obtenerse elementos de uso cotidiano como biocombustibles o bioplásticos.

“Buscamos con la bioeconomía contribuir a cambiar la matriz energética que es extractiva y empezar a producir la energía con recursos renovables como la biomasa. La biorefinería puede aprovechar esta materia prima para que reemplace al petróleo”, dijo Martín Palazzolo, investigador del CONICET en el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Básicas (ICB, CONICET-UNCUYO), que trabajó durante tres años con esta tecnología en la Universidad de Groningen de Países Bajos.

El proceso biotecnológico en cuestión es denominado ALACEN (acrónimo derivado de las palabras en inglés: Alkaline, Acid, Enzyme), que es una secuencia de procesos físicos, químicos y biológicos que permite aprovechar completamente la biomasa y convertirla en productos e intermediarios de valor comercial que van desde bioplásticos, bioetanol, cosméticos, fragancias o bioterapéuticos.

“Son materiales que quedan en el campo poscosecha como rastrojos de soja, de maíz, de sorgo, de trigo. Están ampliamente disponibles como residuos en los territorios con producción agrícola como nuestro país”, explicó el investigador argentino.

Los investigadores plantean que con esta tecnología se puede transicionar desde un modelo lineal de producción hacia uno circular que sea responsable con el medio ambiente. “El concepto sólo tiene sentido si se aprovecha integralmente la materia prima y se producen un espectro de productos que la sociedad necesita el día de hoy.  Aunque van a ser distintos igualmente van a ser útiles”, reconoció Palazzolo.

El científico mendocino explicó que para que este método tenga un verdadero valor ambiental se debe trabajar en escala pequeña, de ciudad en ciudad, para evitar el uso de combustibles fósiles en todos los procesos.  “De nada sirve hacer una gran biorefinería, que implique mover todos los residuos con camiones, que van a necesitar combustible. Deberíamos crear pequeñas biorrefinerías locales para favorecer economías regionales y para cuidar la calidad del ambiente”, precisó.

Por último, el investigador se mostró confiado en que estos avances lleguen a toda la sociedad para impulsar formas de energía más amigables con el planeta, aunque advirtió que habrá que realizar cambios en la vida cotidiana para “ganar de la carrera al cambio climático”. “En Argentina todavía estamos en un desarrollo muy incipiente de la temática, pero yo creo que estamos en una transición a nivel global. Ya es una realidad”, aseguró Palazzolo.

“Podemos ganar la carrera al cambio climático pero esto requiere de dos cosas: un cambio de matriz productiva y un cambio de nuestro comportamiento como usuarios. La lógica de producir explotando un recurso natural o fósil, usarlo y tirarlo, tiene que cambiar”, aclaró

“Tenemos que garantizar una nueva matriz energética. El modelo energético tradicional de explotación de petróleo nos trajo un montón de problemas, no solo ambientales, hay gente que en el 2024 no accede a la electricidad. Esto no puede seguir ocurriendo”, concluyó Palazzolo.