Los programas estatales exitosos que redujeron la brecha educativa
El plan de alfabetización en un estado de Brasil que es considerado casi un milagro o el proyecto de innovación digital uruguayo sirven como referencia para otros países de la región sobre como modelos de inclusión educativa pensados desde las gobernanzas pueden mejorar el desempeño de los alumnos.
Por Leila Ganem

La educación es un derecho fundamental de todo ser humano y tuvo históricamente la capacidad de construir sociedades más igualitarias. Sin embargo, las  oportunidades de acceso al sistema escolar en muchos países de la región continúan siendo desiguales. Ante eso y mientras avanzan propuestas privatizantes no sólo en la educación sino en casi todos los servicios vitales de la vida, algunas comunidades lograron a través de gobernanzas comprometidas mejorar y sostener un sistema educativo público, de calidad y con buenos resultados de alfabetización que de a poco permiten comenzar a pensar nuevamente en la escuela como modelo de inclusión social que puede ayudar a reducir las brechas económicas y sociales.

Cuando los sistemas educativos se abandonan a la toma de decisiones por inercia, parecen estar condenados a reproducir la desigualdad social y económica. Está demostrado que la educación influye en el bienestar general, la productividad, el capital social, la ciudadanía responsable y el comportamiento sostenible. Su distribución equitativa permite la creación de sociedades permeables y la equidad. 

Sobre este retroceso de lo público como nivelador de oportunidades, la licenciada y profesora en Ciencias de la Educación y especialista en Ciencias Sociales con mención en lectura, escritura y educación, Yamila Goldenstein Jalif, señala que en la actualidad educativa de distintos países de la región, como por ejemplo Argentina, “lo que hay es una lucha histórica por el rol del estado en materia de educación, dónde más allá de los vaivenes políticos y las diferencias a lo largo de las décadas, siempre tuvo tradicionalmente un rol protagónico tanto en la oferta como en financiamiento de la educación pública para todos los niveles”.

El milagro brasileño

Cuando las comunidades se ven amenazadas deciden luchar. Un ejemplo de esa lucha y considerado como uno de los modelos más exitosos de América Latina es el “milagro brasilero”, denominación que recibe actualmente la titánica reconversión que pudo lograr el municipio de Sobral en en el estado de Ceará en relación a los bajísimos índices de lectura que tenía para transformarlos en excelentes indicadores de alfabetización. Las mejoras en la educación tanto en el estado de Ceará como en el municipio de Sobral son el resultado de un paquete integral de reformas educativas en una de las regiones más pobres y con los peores índices educativos de Brasil por eso lo destacable del plan alfabetizador “es cómo se pudo barrer con el mito de que los chicos más vulnerables no pueden llegar a obtener aprendizajes similares a los de los más favorecidos económicamente y dentro del sistema estatal”, señala Ivana Templado, economista e integrante de Argentinos por la Educación. Sobre la importancia del financiamiento, considera que por sí solo no garantiza nada; hay cuestiones importantes sobre cómo se gastan y se distribuyen esos recursos porque si bien es cierto que el dinero ayuda a capacitar, mejorar salarios y aportar a infraestructura, también hay que asegurarse que los recursos vayan a actividades específicas y eso es posible gracias a revisar constantemente los aprendizajes y los contenidos. “Una de las mayores deudas de la educación es esa”, señala.

Los datos con los que contaban en el municipio de Sobral sobre los niveles de lectura eran alarmantes: en el año 2000 la mitad de los niños de 8 años no entendía lo que leía. Poco más de una década después la localidad pudo reducir ese porcentaje a cero gracias al foco que pusieron en la capacitación docente, en evaluaciones rigurosas de la calidad educativa y en crear un entorno escolar saludable para el aprendizaje. Según un informe del Banco Mundial, a pesar de tener el quinto Producto Interno Bruto más bajo per cápita entre los 26 estados brasileños, Ceará experimentó el mayor aumento en el índice nacional de calidad educativa en la educación primaria y secundaria desde 2005 y no sólo eso: 10 de sus municipios se encuentran ahora entre los 20 mejores del país.

¿Cómo logró Brasil revertir estos índices en el municipio de Sobral? La transformación pudo lograrse gracias al compromiso y el liderazgo político constante y al esfuerzo repetitivo para lograr la alfabetización universal en los primeros grados. El informe del Banco Mundial señala que 1997 marcó el comienzo de una nueva administración de la alcaldía en el municipio que pudo poner fin a un sistema educativo municipal donde los directores de escuela eran seleccionados como recompensa por favores políticos. Además, la mayoría de las escuelas tenían problemas edilicios y con un solo maestro que tenía a cargo varios grados.

Una de las primeras medidas que se tomó fue reemplazar el criterio político en la selección de directores y profesores por un criterio técnico y convertir esa nueva modalidad en ley. Además, agruparon a los estudiantes de primaria en escuelas más grandes para que pudieran tener un maestro por grado. El municipio también invirtió para ofrecer un mejor servicio de transporte escolar pero a pesar de esos esfuerzos, una evaluación realizada en 2001 no arrojó los resultados esperados: dos de cada cinco alumnos de tercer grado no podían leer. El municipio no se detuvo y planteó el objetivo más ambicioso de su plan educativo: que todos los niños pudieran leer y escribir al final de segundo grado.

“Este es un caso de implementación de un proyecto educativo exitoso donde se trabajó con escuelas de tiempo integral, jornadas extendidas, con una atención especial sobre las condiciones laborales docentes mejorando su salario, dónde se prestó atención a las familias, dónde hubo proyectos comunitarios de aprendizaje cooperativo con fuerte componente de tutorías y dónde se pagaron bonos de desempeño a docentes basados en la evaluación anual en las escuelas, una medida que puede ser cuestionable pero que se menciona dentro de los factores que contribuyeron a este cambio positivo. Algo muy interesante es que involucraron a los docentes en la elaboración de los materiales didácticos y estos casos han mejorado los resultados de las evaluaciones en contextos desfavorables. Implementando políticas adecuadas, cuando se pone toda la atención y los recursos en mejorar los aprendizajes y las trayectorias atendiendo no solo la calidad sino también el tiempo que los niños pasan en la escuela y cuando no hay una bajada de contenidos sino que se convoca a los docentes para la elaboración de los mismos, se robustecen las propuestas que pueden mejor la educación y contribuir a que los estudiantes no abandonen el sistema educativo”, explica Yamila Goldenstein Jalif.

El seguimiento y la revisión constante sobre cómo están avanzando en las trayectorias los alumnos es fundamental. “Hoy en ciertos sistemas educativos hay una inercia dónde no se revisan los contenidos, no se evalúa a los alumnos y por ende todo continua igual”, agrega Ivana Templado en referencia a la importancia de la evaluación regular de los estudiantes como una herramienta favorable de cambio en el caso del municipio brasilero.

Otro aspecto interesante del proyecto de alfabetización fue, según consigna el documento del Banco Mundial, el seguimiento que las escuelas hicieron en relación a la asistencia de los alumnos a través del relacionamiento directo con las familias y cómo elaboraron distintos planes para apoyar a los estudiantes ausentes bajando notablemente los indicadores de deserción escolar. En 2016 el municipio comenzó a ocupar el primer lugar en las prueba educativa IDEB, que mide y compara el rendimiento estudiantil en todo Brasil. Hoy se mantiene en el primer puesto entre las ciudades de más de 100.000 habitantes.

Innovación para la inclusión digital: el Plan Ceibal en Uruguay  

La inclusión de la tecnología para mejorar el aprendizaje de las niñas y los niños por parte de administraciones educativas gubernamentales es un capítulo que se ha escrito con éxito en países como Uruguay y Costa Rica. En ambos casos, lejos de ser más de lo mismo, la formación docente como uno de los ejes claves para mejorar los sistemas educativos, la inversión en conectividad que permite usar la tecnología y su apropiación por parte de los alumnos fueron algunas de las claves del éxito.

Lo principal en este tipo de políticas públicas es, según Teresa Lugo, Investigadora y Directora del Centro de Políticas Públicas en Educación, Comunicación y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes es “que las empresas tecnológicas no marquen de manera complicada el ritmo de lo que hay que aprender y eso en algunos países de la región lo estamos viendo”. La especialista se refiere a que muchas veces la gobernanza está marcada por lo corporativo y no por las necesidades educativas y por eso señala: “Necesitamos ubicar la direccionalidad política e ideológica de la inclusión tecnológica desde las prioridades educativas como hizo Uruguay que está a la delantera de este tema planteando con claridad sus prioridades”.

A través del plan Ceibal el país oriental elaboró un plan sostenido basado en un modelo pedagógico de inclusión de tecnología orientada a la educación similar a los implementados en Costa Rica, Chile y también Argentina. La política sostenida en relación a los saberes vinculados a la informática y la ciencia de la computación orientados a mejorar los conocimientos específicos que los alumnos necesitan incluyó una fuerte inversión estatal en mejorar el acceso a la conectividad, en la inversión de equipos, en capacitación docente y en el desarrollo de programas educativos para mejorar el aprendizaje. “Se trata del desarrollo de plataformas adaptativas en matemática y lengua que han mejorado significativamente los resultados de las pruebas nacionales de los estudiantes uruguayos porque le permiten al estudiante armar su trayectoria y saber los alcances de lo que va resolviendo”, explica Lugo. La especialista señala la importancia del financiamiento para este tipo de políticas públicas “sin el cual es imposible pensar en estos modelos pedagógicos tecnológicos sumados a la capacidad que tiene que tener el estado de diseñar sus propias políticas orientadas a las necesidades específicas del sistema educativo”.

El sistema es complejo y la desigualdad educativa tiene origen en brechas aún más grandes. Hay sociedades que aún adeudan demasiado en el acceso a servicios vitales. El estado no debe correrse sino avanzar con mayor financiamiento para garantizar el acceso a la educación como un derecho universal humano.