El campamento humanitario que potabilizó más de 320 millones de litros de agua
Florencia Tuchin
marzo 26, 2024

¡Hola! El viernes fue el Día del Agua y en esta edición vamos a explicar cuáles son los principales problemas que enfrentamos como sociedad y cuáles pueden ser las soluciones locales. La falta de acceso a fuentes de agua limpia agrava las tensiones y genera cada vez más conflictos. Al mismo tiempo, organizaciones como Cruz Roja trabajan para mitigar la crisis hídrica en comunidades vulnerables.


El campamento de Cruz Roja potabilizó más de 320 millones de litros de agua

En febrero de 2020, en medio del Chaco Salteño —a 21 kilómetros de Bolivia, 40 kilómetros de Paraguay y 60 kilómetros de la provincia de Formosa—, se instaló por primera vez un campamento humanitario de la Cruz Roja que garantiza la distribución de agua de calidad a 5.000 personas de comunidades wichi, toba y chorote. Este espacio de asistencia humanitaria comenzó a montarse justo antes de que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus se desatara en el país. Es que allí, en el norte salteño se desarrollaba otra emergencia que se desenmascaró con la muerte de ocho niños con cuadros de malnutrición.

El 26 de enero de 2020, luego de la muerte del sexto niño wichi, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz decretó la emergencia sociosanitaria en los departamentos Orán, San Martín y Rivadavia. Para ese entonces, el presidente de la Cruz Roja Argentina Diego Tipping viajó a la provincia junto al Coordinador Residente de ONU Argentina Roberto Valent, para ver la situación y reunirse con las autoridades. “En ese viaje vimos que era necesario contar con una estrategia de intervención inmediata, que fuera distinta a la tradicional que implica hacer pozos de agua. Muchas poblaciones son nómades y cuando migran en busca de alimento, no se pueden llevar el pozo”, explica Tipping.

Un problema que detectaron en un primer diagnóstico es que las comunidades almacenaban agua en contenedores que habían contenido agrotóxicos y por eso se les contaminaba. Por lo tanto, la organización buscó cambiar las formas de almacenamiento.

Cuatro años después, junto con las comunidades y otros actores locales, Cruz Roja Argentina distribuyó más de 1.000 filtros comunitarios y familiares y elementos contenedores de agua para que puedan autogestionar agua segura. Asimismo, potabilizó más de 320 millones de litros de agua y realizó distintas actividades comunitarias para fortalecer las capacidades de todas las personas con el objetivo de que ellas mismas sean protagonistas de las acciones que mejoran su calidad de vida.

Estas acciones permitieron que: los episodios de diarrea que superaban las 48 horas, se redujeran de 84% a 14%; la disponibilidad de agua de red aumentara de 40% a 81%; la disponibilidad de agua todos los días aumentara del 11% a 87%; la percepción de sabor agradable del agua aumentara de 6% a 84%.

La organización también lleva adelante otras actividades vinculadas a la capacitación en Primeros Auxilios Comunitarios y en temáticas de salud sexual reproductiva. También promueve el desarrollo de huertas comunitarias para potenciar los medios de subsistencia de las comunidades.

Sobre la importancia de apoyar estas acciones, Rodrigo Cuba, Subsecretario de Desarrollo Humano Cruz Roja Argentina agrega: “Es muy importante dar a conocer este trabajo que Cruz Roja Argentina lleva adelante silenciosamente, pero que hace mucho ruido en las comunidades. Porque el cambio es profundo, no solo cambia la vida de las personas sino que también en muchos casos la salva».


Solo una de cada cuatro de las mayores empresas agroalimentarias dice estar reduciendo el uso del agua

Tan solo el 28 % de las empresas agroalimentarias más influyentes del mundo afirma estar reduciendo sus extracciones de agua, y únicamente el 23 % dice estar tomando medidas para reducir la contaminación del agua. Oxfam ha analizado a 350 empresas a partir de datos de la World Benchmarking Alliance. 

Según las Naciones Unidas, que el año pasado organizó la primera gran conferencia sobre el agua en más de 45 años, 2000 millones de personas no tienen acceso a agua potable, y hasta 3000 millones de personas sufren escasez durante al menos un mes al año.

Las 350 empresas analizadas representan, en conjunto, más de la mitad de los ingresos mundiales del sector agroalimentario. El sector de la agricultura es responsable del 70 % del total de las extracciones de agua dulce del mundo y es, con diferencia, el sector que utiliza mayor cantidad de agua. Además, el impacto de la agricultura industrial en la contaminación del agua es muy significativo.

El análisis de Oxfam también ha revelado que tan solo 108 de las 350 empresas hacen pública la proporción de agua que extraen de zonas afectadas por estrés hídrico. 

«Cuando las grandes empresas contaminan o consumen enormes cantidades de agua, son las comunidades las que sufren las consecuencias en forma de pozos secos, facturas de agua más caras, y fuentes de agua contaminadas no aptas para el consumo. Menos agua significa más hambre, más enfermedades, y más personas obligadas a abandonar sus hogares», señala la directora ejecutiva de Oxfam Francia, Cécile Duflot.

«Claramente no podemos confiar en la buena voluntad de las empresas para lograr un cambio en sus prácticas. Son los Gobiernos quienes tienen que forzar esta mejora, y proteger los bienes públicos comunes frente a la sed de beneficios de las empresas», afirma Duflot.

El agua y la riqueza están estrechamente relacionadas. Las personas ricas no solo tienen mejor acceso al agua segura y pública, sino que pueden permitirse pagar agua cara de fuentes privadas; mientras que las personas en situación de pobreza, que a menudo no tienen acceso a una fuente de agua suministrada por el Gobierno, destinan una proporción considerable de sus ingresos a comprar agua.

El vertiginoso crecimiento de la industria del agua embotellada da muestra de la mercantilización y explotación del agua por parte de las grandes empresas, lo cual agrava la desigualdad, la contaminación y los daños asociados. Según las Naciones Unidas, la multimilmillonaria industria del agua embotellada pone en peligro los avances en el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS6) dedicado a lograr el acceso universal a agua potable.

Oxfam ha sido testigo de primera mano de cómo la población se enfrenta a dificultades diarias para acceder a fuentes de agua potable, como interminables horas de cola o largas distancias a pie, además de sufrir los efectos que el consumo de agua contaminada tiene para su salud.


Aumentan los conflictos por el agua

De acuerdo con datos del Pacific Institute, de 2020 a 2023 se reportaron 543 conflictos a nivel mundial en los que el agua se utilizó como un arma o fue la causa o el objetivo de la violencia. Los conflictos hídricos en los últimos cuatro años casi alcanzan el total de la década pasada, que fue de 629 casos, indicando una alarmante alza en las confrontaciones. Del 2000 al 2009 se reportaron sólo 213 conflictos, alrededor de la tercera parte de los registrados en la década posterior.

De acuerdo con Statista, Asia ha sido la región con más conflictos por agua desde el inicio del siglo. Del 2000 al 2023 se registraron 773 tensiones relacionadas con el preciado líquido en suelo asiático. En Europa, la situación ha empeorado considerablemente en lo que va de esta década, siendo la única región que ya ha sobrepasado sustanciosamente las cifras de toda la década pasada.

Varias son las razones del incremento en las tensiones por el uso de agua, pero no cabe duda de que el cambio climático y las alteraciones que está causando a los patrones de lluvia con el subsecuente riesgo de sequía es una de las principales.


Cada vez más países impulsan regulaciones para que las empresas reduzcan su huella de carbono

En un mundo cada vez más consciente de los riesgos provocados por el cambio climático, los Estados empiezan a tomar medidas para presionar a las empresas a impulsar acciones significativas para reducir las emisiones de Gases de efecto Invernadero de sus operaciones, que contribuyen al desarrollo de este fenómeno.

En Europa, la Directiva de Reporte de Sostenibilidad Corporativa (conocida por su sigla en inglés CSRD) constituye una herramienta fundamental para impulsar la transparencia de las empresas. En vigencia desde noviembre de 2023, la directiva abarca a empresas de la Unión Europea con más de 250 empleados con ingresos globales de más de 40 millones de euros, y empresas no pertenecientes a la UE que generaron ingresos superiores a 40 millones de euros en el mercado europeo en su último ejercicio financiero. Entre otros aspectos, este marco normativo exige a las compañías divulgar información detallada sobre su desempeño ambiental, incluyendo las fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero que componen su huella de carbono, de forma directa e indirecta.

Por su parte, en Estados Unidos, la Comisión de Bolsa y Valores (Securities and Exchange Commission) recientemente aprobó la Climate Disclosure Rule, una medida por la cual las empresas que coticen en la bolsa americana deberán reportar información específica sobre su contribución y exposición al riesgo climático. Esto incluye detalles sobre la huella de carbono de sus operaciones, el análisis de cómo el cambio climático podría afectarles, así como los esfuerzos que realizan para mitigar estos riesgos.

Y Latinoamérica no se queda atrás. Distintos países de la región empiezan a impulsar normativas para promover la sostenibilidad y la responsabilidad de las empresas frente a la acción por el clima. En Chile, la Comisión para el Mercado Financiero publicó una normativa en el año 2021 que obliga a las empresas a incorporar información sobre sus impactos sociales, ambientales y de gobierno corporativo en sus Memorias Anuales.  Esto incluye su huella de carbono y su contribución o exposición al cambio climático, si fuesen un impacto significativo de la industria según su materialidad. Aplica a todas las entidades supervisadas por la Comisión como bancos, compañías de seguros, emisores de valores de oferta pública, administradoras generales de fondos y bolsas de valores.

Por otro lado, en 2022 Colombia se convirtió en el primer país de la región en implementar la “Taxonomía Verde”. El Ministerio de Hacienda emitió este instrumento voluntario que busca facilitar los flujos de financiamiento y la movilización de capitales hacia inversiones en actividades que contribuyan positivamente a objetivos sociales y medioambientales, incluidos los de adaptación y mitigación al cambio climático. A los pocos meses, a inicios de 2023, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público de México lanzó un instrumento similar al colombiano denominado “Taxonomía Sostenible”.

Con el avance de estas regulaciones, muchas empresas buscan herramientas para medir su huella de carbono e implementar estrategias climáticas efectivas. Para ello, existen ya plataformas automatizadas y digitales, que se basan en los estándares de medición más reconocidos, que ayudan a las compañías a iniciar el camino. Por ejemplo, The Carbon Sink ofrece en su sitio web una calculadora de huella de carbono de acceso gratuito.


Para tomar nota

BYMAEDUCA, el programa de educación financiera de BYMA, presenta su nueva capacitación introductoria Finanzas Básicas. La misma es gratuita, online y comienza en abril. Se trata de una propuesta para quienes quieren aprender de forma simple los conceptos básicos sobre finanzas personales que permiten luego abarcar los conceptos de ahorro e inversiones, de la mano de especialistas del mercado. Se desarrollará a lo largo de 4 clases, los martes y jueves, de 8:30 a 10:00 AM, a partir del 9 de abril.

Las clases se realizarán en vivo y los participantes contarán con materiales de estudio. Quienes cumplan con las condiciones de asistencia, recibirán un certificado BYMA. Las inscripciones ya están abiertas a través de la web del curso.


Hasta aquí llegamos hoy. Los leo en [email protected]

Flor.