Acciones que promueven una alimentación sostenible para las generaciones futuras
Para contribuir con un paradigma distinto, el Premio Sistemas Alimentarios Sostenibles (SAS) surge con la intención de destacar proyectos que promueven sistemas alimentarios sostenibles y que mejoran la seguridad alimentaria. En esta nota, se cuentan las soluciones que implementan dos organizaciones que fueron elegidas en el certamen. 
Julieta Pilatti |
noviembre 11, 2023

La alimentación sostenible tiene como premisa la producción de alimentos con un impacto ambiental reducido. Debe ser culturalmente aceptable, económicamente justa y asequible, nutricionalmente inocua y saludable. En este sentido, la agricultura sostenible se convierte en un factor clave para el fomento de esta alimentación que, en definitiva, optimiza los recursos naturales y humanos para garantizar que las generaciones futuras tengan acceso a una vida saludable en un entorno de desarrollo sostenible.

Teniendo en cuenta un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, en la actualidad, la producción de alimentos utiliza el 48% de los recursos naturales, el 70% del agua dulce y contribuye notablemente a la deforestación y la pérdida de biodiversidad. Por eso, es urgente llevar a cabo un cambio en la forma de producir, comprar y consumir alimentos para disminuir la huella ambiental y ayudar a mitigar el cambio climático, mientras que se protege el medio de vida de todos los actores económicos involucrados en la cadena alimentaria. Los especialistas aseguran que se pueden generar rendimientos económicos más justos y abrir nuevas oportunidades de negocio.

Para contribuir con un paradigma distinto, el Premio Sistemas Alimentarios Sostenibles (SAS) surge con la intención de destacar proyectos que promueven sistemas alimentarios sostenibles y que mejoran la seguridad alimentaria. En esta nota se cuentan las soluciones que implementan dos organizaciones que fueron elegidas en el certamen. 

Una de las iniciativas destacadas es Clinica de alimentos, un proyecto del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). La directora de Asistencia Tecnológica de la subgerencia de Tecnología de Alimentos del INTI Mariana Sánchez cuenta: “Con nuestra iniciativa nos acercamos a pequeños productores de alimentos de todo el país. De forma gratuita, un equipo técnico de INTI  realiza una evaluación integral de los alimentos con sus empaques poniendo el foco en el rotulado nutricional. Esta acción contribuye a la formalización de la producción de pequeños productores, que no tienen conocimiento técnico para cumplir con los requerimientos regulatorios ni capacidad para mejorar sus productos”.

Otro proyecto que busca contribuir con la alimentación sostenible es la Red de Biosistemas. Esta iniciativa la lleva adelante el Club de Roma Argentina. El director ejecutivo de la organización Gonzalo del Castillo destaca: “La idea nace con la intención de trabajar junto a comunidades rurales para diseñar e implementar un enfoque sistémico que busca no sólo producir alimentos, sino fundamentalmente garantizar las condiciones de posibilidad para producir esos alimentos o cualquier otro proyecto que las comunidades deseen. Con la implementación de los biosistemas, integramos diferentes tecnologías y procesos (aljibes para captura de agua de lluvia; biodigestores y composteras para gestionar residuos y producir biogás y fertilizantes; colectores solares para calentar agua, entre otros.) que, al implementarlos de forma circular e integrada, ayudan a garantizar el acceso agua segura, fertilizantes orgánicos y energía limpia. Todas estas necesidades hoy mayoritariamente  se encuentran insatisfechas en las comunidades, y son esenciales para hacer posible cualquier producción de alimentos”.

Gonzalo del Castillo, pone de manifiesto que justamente, su tarea con los biosistemas es emular el funcionamiento circular de la naturaleza, en donde se cierran los flujos retroalimentándose constantemente. Y enfatiza: “Cuando logramos fortalecer la soberanía hídrica y energética, se hace mucho más viable pensar en la soberanía alimentaria mediante la producción de alimentos agroecológicos. Alimentos que, a su vez, una vez consumidos y convertidos sus restos en residuos orgánicos, vuelven a ser aprovechados para la producción de fertilizantes y energía -mediante los biodigestores y las composteras-, garantizando un ciclo continuo en el uso y aprovechamiento de los nutrientes y la energía”.

SAS es una iniciativa de Fundación Alimentaris. Tiene como objetivo abordar, integral y colectivamente, las causas de la malnutrición infantil promoviendo la transición hacia sistemas alimentarios sostenibles.

Para llevar adelante el proyecto, el equipo de SAS realiza una revisión sistemática de información y análisis de evidencias sobre los sistemas alimentarios argentinos, la situación de la malnutrición y el desarrollo de niños y niñas que viven en contextos de pobreza. A partir de allí, se desarrolla un estudio diagnóstico y como resultado, se define un enfoque de trabajo que considera en simultáneo las necesidades más importantes en materia de desarrollo infantil integral. Y para finalizar, se plantean nuevos escenarios enfocados hacia sistemas alimentarios que favorezcan la disponibilidad y accesibilidad de alimentos suficientes y nutritivos.

La directora de SAS Sol Laje explica: “A través del trabajo colaborativo, basados en evidencia y bajo la premisa de la alimentación como derecho, el enfoque SAS tiene dos dimensiones: la nutrición y los sistemas alimentarios. Desde nuestro abordaje se encuentran en constante diálogo ya que, para pensar la nutrición, es necesario reflexionar sobre cómo se produce, distribuye y comercializa lo que comemos para poder construir sistemas agroalimentarios más eficientes, resilientes y respetuosos con el ambiente, con las productoras y los comensales. Es necesario pensar en el impacto que tiene lo que comemos en nuestra salud y en la del planeta”.

En ese sentido, visibilizar el impacto de los sistemas alimentarios en la nutrición y desarrollo de las personas es una de las mayores motivaciones que tiene el Premio SAS. Consideran fundamental conocer a las organizaciones que llevan adelante prácticas transformadoras en relación a la seguridad alimentaria.

Y hace hincapié en lo siguiente: “¿Acaso no es interesante pensar que también compartimos la mesa con todo y todos los que hicieron posible ese plato de comida? Desde esta perspectiva, ser comensales es poder construir disfrute, salud y comunidad alrededor de lo que comemos”, señala Laje.